Letras y notas de un bardo viajero

Thursday, December 29, 2005

Memorias de un tiempo perdido, adiós abuelita




A las 4 y media de la madrugada se encendieron las luces y se bajó el telón; "Abelardín, la abuelita ha muerto" escuché. Ni siquiera vi el nervioso rostro de mi madre asomado a la entrepuerta. Empañado de sábanas , adormecido después de una hora de sueño, sólo alcancé a escuchar su voz, su sentencia irrefutable y esa realidad desnuda que no admite contestación...la muerte.
Con ella se cerraba el telón de una historia, la de Carmen de la Cera, vecina de Villatresmil, mi abuela. Y con ella un poco de mi propia vida, tantos instantes cuya razón de ser se debieron a haberlos compartido junto a ella. Cuando perdemos a alguien que queremos, un poquito de nosotros se va...junto a él.

Carmen nació en 1915 y apenas tuvo derecho a ser niña. Mi bisabuela María tuvo prisas en morirse cuando su hija contaba con 12 años y al ser Carmen mucho mayor que sus hermanos tuvo desde entonces que convertirse niña-madre, y cuidar de ellos.

Mi bisabuelo Manuel debiera haber sido padre, pero antes de todo, era un personaje; traficaba con tabaco y siempre iba en una yegua con un enorme cigarro liado que dejaba tras de sí un rastro de locomotora. Entre negocio y negocio, mi bisabuelo se sentaba y contaba historias mientras los niños se amontonaban con ojos de asombro a su alrededor. Mi bisabuelo Manuel fue un gran contador de historias, el mejor del valle, y un gran promotor del tabaco.

Mientras tanto todo el espacio que en la tierra dejó Manuel con sus paseos de fantasía hicieron de mi abuela una habitante de la tierra. Una cuidadosa contable de las cosas pequeñas, una labriega que recogía frutos en la pobreza, una ahorradora de duros contando pesetas. Una superviviente.

Al casarse con mi abuelo Antonio llegarón a la familia mis otros dos bisabuelos. Abelardo y Ramona. Y como Manuel, támbién eran habitantes de otro mundo; el suyo. En el pueblo no se podía escuchar el nombre del uno sin el otro. Abelardo y Ramona, Ramona y Abelardo. Eran uña y carne. En una época en la que las gentes del campo se casaban muy jóvenes y hacían del cariño una costumbre, y del amor la simple imposibilidad de imaginarse separados, Abelardo y Ramona se amaban.
Cuando en los días de siembra y de ganado amanecía y los miembros de la familia se disponían a desayunar, mi abuela Carmen repartía los destinos. Era su carácter de tierra. De hambre y cosecha. "Tu Ramona vete a la vuelta'l' carro a recoger la hierba, Fernando vete a pañar las castañas y tu Abelardo a la finca del Castro que hay que regar....". Siempre resultaba inútil. Tras alguna vuelta del camino Ramona y Abelardo se perdían para reencontrarse. Los besos y confidencias al abrigo de un arbol viejo.Todos los vecinos conocían su amor y todos tapaban sus mentiras. ¿Qué puede la razón contra dos corazones?. Y mi abuela se mosqueaba...¿pero...seguro que has estado en el castro? ¿pero... seguro...?. Del amor de Ramona y Abelardo nació por cierto... mi nombre; Ramón Abelardo.

Mi abuelo fue otro trocito de fantasía alrededor de mi abuela llena de realidad. Fue músico, como todos los primogénitos de la familia en las últimas 4 generaciones. Y una persona retraida en su mundo. Llevaba libretas en las que anotaba cuidadosamente su pensamiento y coleccionaba trocitos de realidad que guardaba en los ladrillos rotos de las paredes de la cuadra. Tu decías..."guelu, ¿tendrás un cordel? ¿una pila? ¿una piedrecita?" y como esa abeja laboriosa en la colmena, introducía sus dedos en un trocito de arcilla mostrándote lo que buscabas...
Sabía leer la lluvia en las nubes que se acurrucaban en el valle y reconocía a los árboles por la frescura de su sombra. Fue un habitante de la tierra, pero no de la tierra de los hombres como mi abuela, sino de la tierra eterna, la tierra húmeda sobre la que caminas descalzo, la tierra de gusanos y mariposas, esa que transforma la piedra en vida y la vida al morir, en piedra.

Y entre todos aquellos personajes estuvo mi abuela, una heroína en una familia de soñadores inconscientes (las malas lenguas dicen que tan solo fueron piraos...), una labriega que partió una sola vez de Tineo...hasta Cuba para recuperar una herencia, que envió con ella y muchos días sin amasar pan a su único hijo a estudiar a Oviedo, a Salamanca, a Madrid mientras que mis abuelos, solos, labraban la tierra dura e ingrata. Que al hacerlo sacrificó su casa, su tierra, la casa la Campa de Villatresmil ahora vacía para siempre. Una persona que siempre quiso alcanzar algo más para su familia. Que tuvo un hijo que de niño se despertaba al amanecer en un carro de bueyes de labriegos y que años después acabaría casándose en Oviedo con una hija de militares.
Un hijo, mi padre, que se hizo periodista, maestro, político y al que hoy acompañaron en el tanatorio gris labriegos y diputados, comerciantes de ganado y ex-presidentes de gobierno de Asturias, niños de pantalones sucios y directores de periódico.

Esa fue Carmen de la Cera.

Gracias abuelita, aunque hoy me hayas hecho llorar.

La música, el Requiem de Fauré. Si en algún lugar existe un cielo azul, de paz sin culpas, de libertad sin castigo, en ese cielo, el viento sonaría así.




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Sunday, December 25, 2005

El último aliento



El otro día o más bien, la otra noche, me encontraba viendo Moulin Rouge en compañía de mi angel de la guarda, (un beso, angel of music ;) ) cuando por culpa de la historía empecé a pensar en una canción.... "tienen que ponerla, tienen que ponerla..." me dije.


La historia era así; un joven poeta se enamora de la bailarina Satine quien a pesar de corresponderle se ve a su vez acosada por un malvado duque de quien depende la supervivencia del Moulin Rouge y del propio artista amante. Enferma de tisis (tuberculosis) y sabedora de que la muerte se acerca decide sacrificarse, salvar el Moilin Rouge, mentir y perder a su amor...el último y supremo esfuerzo por los demás. (Un argumento por cierto muy operístico... "La boheme" "la Traviata"...)


La canción en la que pensaba fue "the show must go on" the Queen. Y por cierto al final, apareció en la película. Mi intuición no falló. Esa última canción que Fredy Mercury siguió cantando en los últimos meses de su vida, enfermo terminal de sida, mientras desafiaba y cantaba a su propio destino; "el show debe continuar, aunque mi corazón se rompa y mi maquillaje se corra, pero mi sonrisa aún permanece, el show debe continuar..."


Los hombres se enfrentan a la adversidad de diferentes modos, hay quienes se deprimen y solo por aburrimiento salen poco a poco a flote como viejas bolsas de plástico abandonadas a la deriva. Los más mediocres se amargan y hacen crecer en sus entrañas un inmortal resentimiento hacia el mundo que proyectan en quienes les quieren. También están esas personas que se visten de sonrisa y se rían con sarcasmo de su desgracia, y los pragmáticos que sentados en su flema esperan que un día termine la tormenta. Hay en suma, muchas formas y tipos de hombres ante la adversidad.


Pero hay un último tipo que admiro especialmente. El artista que sublima su dolor en belleza. La música está llena de ejemplos...los títulos de aquellas últimas composiciones son más que esclarecedores, "la sinfonía incabada" de Schubert, "El requiem -misa de difuntos, para los despistados-" de Mozart, "las 4 últimas canciones" de Richard Strauss, "la sinfonía patética" de Tschaikovsky. Cada uno de estos compositores escribió su mejor obra en su lecho de muerte. ¿Cómo es posible encontrar esa inspiración y ese valor cuando todo termina?. Lo ignoro. Pero los admiro.


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Friday, December 23, 2005

The echoes of Lady godbird, whispered words to a fairy girl. Good Luck.

So long ago, was it in a dream, was it just a dream?


I know, yes I know


Seemed so very real,


it seemed so real to me


Took a walk down the street, through the heat whispered trees


I thought I could hear (hear, hear, hear)


Somebody call out my name as it started to rain


[...]


Dream, dream away, magic in the air, was magic in the air

I believe, yes I believe

More I cannot say,

what more can I say?


Dream by John Lennon




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Cumpliendo el oficio con sentido del deber

Los compositores que componemos a partir de nuestras improvisaciones tenemos una extraña relación con nuestra música. La música nace en esos momentos en el que los dedos y el corazón entablan su propio diálogo y refleja un lugar del pasado, un lugar que puede mutar, cicatrizar sus heridas, evolucionar.
Sin embargo cuando recuperas esa cinta en la que guardas tu música no puedes evitar convertir tu trabajo en un involuntario viaje en el tiempo, te ves obligado a sumergirte en momentos que no quieres volver a revivir, pero si no lo haces, no habrá composición, y nada quedará de aquel instante.
Creo que hay que ser fiel al pasado, a lo que has vivido. No se deben destruir los recuerdos, quizás sí guardarlos un tiempo, el necesario. Pero somos el fruto de lo que hemos vivido. Ser fieles a eso, es ser fieles a nosotros mismos. Hay que dar forma al pasado, encontrar su lugar en tu vida, un hermoso cofre que quizás no deba ser abierto a la ligera.
El último domingo de Noviembre supe que perdería a la persona que quería, aunque no intuía hasta que punto. Fue un día triste para mí aunque quizás un día feliz para ella. Pensar que cometió un error que descubrirá en unos años es un consuelo bastante inútil y aún más egoísta. Ojalá le salga bien.
Lo importante musicalmente es que una cinta magnetofónica colocada sobre mi piano fue el desván en el que deposité mis sentimientos. En media hora de piano interrumpida por una llamada de María que siempre agradeceré nacieron varias melodías de las que surgirán las piezas musicales que iré colgando poco a poco en este blog. La calidad todavía mala, del pianista y del equipo, el segundo de los inconvenientes será subsanable con el tiempo.

Esta fue la primera.




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Thursday, December 22, 2005

Canciones que nos despertaron por la mañana



Al final de mi primera vida como dijo Paula, hace ya 17 ños, una serie de canciones se sucedieron en mis mañanas. Ahora su lugar lo ocuparían nombres como Gamma Ray, Seater Keaney, Dover, The New Pornographers y otros... pero entonces fueron "Holiday" de los Scorpions, "I want out" the Helloween y una canción que acabo de recuperar gracias a la buena memoria de los participantes en la mula; "I'm wild and seventeen" de los alemanes Mad Max. Combinaron durante muchos años una mezcla de Heavy y Rock Comercial, canciones pegadizas un tanto simplonas para mis oídos de ahora, con una pegada rápida y ese aire de romanticismo épico y pacífico que comparten los heavies y los roleros. Sólo por curiosidad y con ese espíritu de este blog de repescar en los mares del anonimato buenas canciones.


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Wednesday, December 21, 2005

Lo hermoso nos cuesta una vida

En la tienda de la vida en la que compramos el fruto de nuestras acciones
el precio de los errores es siempre el más difícil de pagar.
Hay un dolor sordo al abrir la cartera y perder en un instante el fruto de un tiempo más largo. Lo más terrible se aprende en seguida y lo hermoso nos cuesta una vida, dijo la canción.



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Sunday, December 18, 2005

Un aéreo remanso de paz suspendido sobre las notas del piano


Antony and the Johnsons grupo neoyorkino de esos que te envuelven con un sonido especial. Para momentos en los que es mejor flotar en un colchón de notas al piano suspendidas que te sostienen en un aéreo remanso de paz. For your delight.

http://www.antonyandthejohnsons.com/index2.html




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Un sueño de eternidad


El amor a un amigo es un sueño de eternidad. Es un ser de muerte inconcebible. Es un habitante del corazón que se agarra con fuerza a tus ventrículos cuando un día se abre la ventana de la vida para decirle que ha llegado el día y ha de despertar. ¿Por qué se pregunta...?

La canción; fantasy, que compuse hace unos 3 años.



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Saturday, December 17, 2005

Un maestro singular



Se llama Jan Turkenbug, es holandes y profe, hasta ahí nada extraordinario. Salvo que le faltan dos dedos de frente y le sobran bastantes más de fantasía. Compone para sus alumnos, los convierte en estrellas de sus canciones y le salen maravillas como esta... "In my spaceship", encontrado por mi amigo Viñu, cazador de tesoros.

Su página web en http://www.splogman.com/




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Tierra y aire a través de la música.



La primera partitura finalizada en más de un año, es algo bueno supongo. Pero sobre todo es la forma de expresarme frente a una realidad que no comprendo. Hablar a través del lenguaje inescrutable de la música al caprichoso mundo de los sentimientos. Las palabras de la tierra que no sabe comprender porque vuela el aire. Te echaré de menos.

Wednesday, December 14, 2005

Una mirada atrás mientras me adentro en el mar


El cansancio ha podido con mis ganas de llorar, si mi corazón no sabe nadar debe ahogarse en su sangre. La ansiedad de una espera imposible, de un pasado feliz cuyo aroma aún siento en mi cuerpo, voy montado en un tren que me aleja de mi destino, ni siquiera los sueños deberían poder ser tan efímeros. El tiempo pasa, pasa...



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Melodias de un domingo más allá del horizonte

Este es un blog extraño...porque los blogs nunca fueron parte de mi mundo, demasiado pequeño, encerrado ahora en mi cabeza, dando vueltas como un astro insignificante en el universo infinito. Es un blog extraño porque a quien necesito hablar es a mi mismo, no a los demás. Es extraño, porque mi orgullo sabe que aquellos a quienes admiro saben llegar con las letras más allá de lo que yo puedo expresar en un teclado. Pero será mi blog, alguien que navegue en silencio, con mi música y mi corazón, que ahora gime en silencio por un sueño perdido. Estas son las notas improvisadas en media hora de aquel domingo en que terminó mi vida, o empezó, quien sabe, el domingo en que nació el horizonte.


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