Letras y notas de un bardo viajero

Sunday, December 25, 2005

El último aliento



El otro día o más bien, la otra noche, me encontraba viendo Moulin Rouge en compañía de mi angel de la guarda, (un beso, angel of music ;) ) cuando por culpa de la historía empecé a pensar en una canción.... "tienen que ponerla, tienen que ponerla..." me dije.


La historia era así; un joven poeta se enamora de la bailarina Satine quien a pesar de corresponderle se ve a su vez acosada por un malvado duque de quien depende la supervivencia del Moulin Rouge y del propio artista amante. Enferma de tisis (tuberculosis) y sabedora de que la muerte se acerca decide sacrificarse, salvar el Moilin Rouge, mentir y perder a su amor...el último y supremo esfuerzo por los demás. (Un argumento por cierto muy operístico... "La boheme" "la Traviata"...)


La canción en la que pensaba fue "the show must go on" the Queen. Y por cierto al final, apareció en la película. Mi intuición no falló. Esa última canción que Fredy Mercury siguió cantando en los últimos meses de su vida, enfermo terminal de sida, mientras desafiaba y cantaba a su propio destino; "el show debe continuar, aunque mi corazón se rompa y mi maquillaje se corra, pero mi sonrisa aún permanece, el show debe continuar..."


Los hombres se enfrentan a la adversidad de diferentes modos, hay quienes se deprimen y solo por aburrimiento salen poco a poco a flote como viejas bolsas de plástico abandonadas a la deriva. Los más mediocres se amargan y hacen crecer en sus entrañas un inmortal resentimiento hacia el mundo que proyectan en quienes les quieren. También están esas personas que se visten de sonrisa y se rían con sarcasmo de su desgracia, y los pragmáticos que sentados en su flema esperan que un día termine la tormenta. Hay en suma, muchas formas y tipos de hombres ante la adversidad.


Pero hay un último tipo que admiro especialmente. El artista que sublima su dolor en belleza. La música está llena de ejemplos...los títulos de aquellas últimas composiciones son más que esclarecedores, "la sinfonía incabada" de Schubert, "El requiem -misa de difuntos, para los despistados-" de Mozart, "las 4 últimas canciones" de Richard Strauss, "la sinfonía patética" de Tschaikovsky. Cada uno de estos compositores escribió su mejor obra en su lecho de muerte. ¿Cómo es posible encontrar esa inspiración y ese valor cuando todo termina?. Lo ignoro. Pero los admiro.


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